ÉTICA Y VALORES
ORGANIZACIONALES 

La cuestión ética es de gran relevancia para todo individuo y se extiende al ámbito empresarial. En cada decisión que se tome, estará inmiscuido algo de ética. Trátese de negociaciones con proveedores o con el sindicato, de contrataciones o despidos de empleados, de asignación de responsabilidades o de lanzar una promoción, la ética siempre está presente.

Actualmente, cuando existen más organizaciones que pugnan por la transparencia y con la Internet como herramienta de democratización y movilización social, las empresas tienen como uno de sus cimientos la ética corporativa. Y es que como dice Rinnov Kan, director de uno de los grupos financiero más importantes de Holanda, “Sin valores sólidos estamos coqueteando con el desastre.
Con valores sólidos, podemos enfrentar a los mercados internacionales”. Pero, sin duda, hay quienes ponen por encima de la ética y los valores los resultados financieros, pero no se dan cuenta que la ética corporativa puede ser una fuente de ventajas competitivas, ya que por medio de ella se pueden atraer clientes y personal de primer nivel.
A través de la ética se puede acabar con prácticas corruptas que destruyen valor y dañan la economía y la sociedad, si ponderamos más la altura organizacional, con valores comunes (más que códigos o reglas) que sirvan como sendero de los individuos que conforman las organizaciones podríamos dar mayores componentes éticos a una empresa. Si nos basamos en que el capital humano es uno de los mayores activos empresariales, si no el mayor, y tomamos conciencia que estas personas valen por si mismas, que se les debe respetar y que no se les puede tratar como un medio sino como un fin, habremos dado el primer paso para fundamentar éticamente las instituciones. Una organización que viva según los cinco valores básicos: igualdad, libertad, diálogo, respeto y solidaridad estará mejor preparada para el futuro.

Los componentes de una empresa ética:
 Aunque pueden ser innumerables, los siguientes darían lugar a las bases de una ética organizacional:
1.Vivir de acuerdo con los cinco valores fundamentales
2.Una cultura organizacional con valores comunes para sus miembros.
3.Luchar por alcanzar la satisfacción de todos los agentes involucrados en la empresa: accionistas, directivos, empleados, proveedores y clientes.
4.Asumir la responsabilidad social por sus actuaciones.
5.Pesa más el contrato moral entre la empresa y sus integrantes y asociados que el mero contrato legal.
Cuando se logran incorporar estos componentes básicos se llega a generar mayor valor económico, ya que las relaciones, no solo laborales, sino entre proveedor y empresa, etc. mejorarán y el tiempo y los recursos que se invertían en mejorar las ineficiencias que se presentaban en dichas relaciones, podrá ser invertido en aquellos aspectos que lo demanden. La ética suele mejorar el funcionamiento de la empresa mediante varias vías:
 Reduce los conflictos de los miembros que la forman
Mejora la imagen exterior de la misma
Supone un componente esencial del concepto de “calidad total”, tan importante hoy día.

Valores Básicos: Igualdad, respeto, libertad, diálogo, solidaridad.

La Ética Empresarial en cifras: según la Ethics Officer Association las empresas que figuran en el Fortune 500 cuentan con códigos de conducta.
Estamos viviendo tiempos de globalización que han hecho que las organizaciones sean más planas, más descentralizadas y con empleados más autónomos y con mayor poder de decisión, por esto se hace necesario que las relaciones no sólo al interior de las empresas sino entre empresas y demás organizaciones, se basen en los cinco valores arriba mencionados, lo cual generará mejores patrones de conducta y permitirá generar importe.

Valores éticos como parte del clima organizacional
Una de las definiciones más comunes de “organización” se refiere a la conducta de los integrantes de un grupo, en donde esta conducta estará regida por un conjunto de valores y normas que son parte de la cultura del sistema que integra. Nos referimos entonces, a un clima organizacional, en donde la cultura es creada por los usos y costumbres de los individuos que componen dicho sistema. El clima organizacional va a depender de los individuos que integran la empresa, que no solo cumplen con las características que la misma organización predeterminó sino que además, cuentan con una serie de rasgos que los hizo sentirse atraídos hacia el empleo que ocupan. Va a depender asimismo, de la eficiencia del proceso de comunicación, de la jerarquía o autoridad y de sus procesos de trabajo. Esta conjunción va a determinar y va a ser determinada por los valores éticos de los que se rige la organización.

Cada organización se conforma con una pequeña sociedad con sus propias reglas, que si bien se encuentra aislada del entorno social, tiene una interacción constante, además de retroalimentación, con el ambiente externo que, a su vez, también cuenta con reglas para funcionar en sociedad. Cada organización tendrá pues, sus propios valores éticos por los cuales se normen sus conductas y cumplan con el principio de integración de la empresa. Se busca, por medio de estos valores, que el individuo encuentre un sentido de “identificación” con la empresa en la que labora, en donde su propia identidad se vincule con la de la organización. Se trata de dejar “huella” no solo en el cliente externo sino también en el interno, para obtener, por medio de esta unidad, una sinergia total.

En todo momento la organización está en búsqueda de la excelencia, busca optimizar costos por medio de nuevas formas de reestructuración de personal, en cambios tecnológicos, mejoras en el proceso de producción, etc. Actualmente, una de las tácticas más usadas para la consecución de los objetivos organizacionales es la motivación. Así los valores éticos son empleados para promover, dentro de la empresa, el compromiso por ser parte integral de la organización, en otras palabras “ponerse la camiseta”. Pero esta camiseta, para beneficio comercial, debe ponérsela, además del empleado, el cliente. Su busca una imagen donde el objetivo no solo sea legitimar a la organización en su aspecto productivo sino también social.

Manejarse entre lo imprevisible

En una empresa, tanto los directivos como los empleados deben estar atentos a la realidad de las cosas, deben procurar captar los movimientos del mercado, los intereses de los consumidores; manejarse entre lo imprevisible.

Manejarse entre la seriedad y el humos es la virtud de la flexibilidad y rapidez de entendimiento. El sentido de humos en las organizaciones denota que las personas están atentas a los cambios que se producen en la realidad. En suma, el sentido del humos que se vive en una organización está muy relacionado con su realismo y la sutil captación del verdadero sentido de las cosas. El humos es una cualidad particularmente importante en quienes ejercer la función directiva.

Ganar lo Justo

Cuando una acción se enmarca fuera de las normas, hablamos de corrupción. Cuando un acto inmoral como la corrupción es aceptado, pasado por alto o generalizado por la sociedad, tiene el riego de difundirse hasta considerársela una acción normal. La corrupción es un acto injusto que perjudica el bien y trastornando el sentido ético. Su práctica deteriora la confianza, la honestidad y la rectitud. Se le debe combatir mediante estrictos controles y un cambio de la sociedad. Una vez que el sujeto se encuentra inserto no se puede cuestionar se sentido ya que no se permite la posición de “juez y parte a la vez”. El ámbito empresarial perjudica la transparencia y la vialidad del mercado como agente natural de normas económicas auténticamente competitivo. En el campo público (estado y otros) solo puede ser combatida mediante el rechazo social. ¿cómo se determina e ganar lo justo sino a través de una mirada prudente y objetiva de las cosas?. Por años las empresas han buscado el sobreprecio por ambición. Ganar lo justo tiene que ver con una auto mirada reflexiva que normalmente es ambigua o modelada a conveniencia. Para ganar lo justo se debe vivir es estado de verdad, “se debe ser justo” y esto no es trivial...

La responsabilidad social

Las leyes fijan las normas mínimas por las que han de regirse las prácticas comerciales y la conducta de los directivos y empleados para que sean responsables y éticos. La responsabilidad social (las prácticas de una empresa respecto la terceros, clientes, competidores, gobierno, empleados, proveedores y acreedores) difiere entre industrias y de una empresa a otra ya que no existe una norma específica a la cual se debe seguir ya que cada gestor tiene un concepto particular de los que es una conducta socialmente responsable. Algunos lo consideran como obligación, otros como una reacción, en cambio otros como una acción proactiva. El concepto de responsabilidad social se refiere en prime término al medio ambiente externo (grupos que de alguna manera son influidos por el quehacer de la empresa), mientras que la ética, tiene que ver con el medio ambiente externo e interno (estructura, empleo, cultura, valores) de la organización.
 Son los empresarios quienes deben proponer las formas más justas para la distribución de la riqueza. Son los empresarios quienes deben velar por la igualdad de oportunidades. Le compete al mercado la responsabilidad social, buscar el aumento del empleo, mejores condiciones laborales, protección del medio ambiente, eliminación de discriminaciones, etc. Si este no se preocupa, queda en manos del Estado. La empresa socialmente responsable buscará activamente soluciones para los problemas sociales. La empresa es probablemente la organización más efectiva solucionando problemas de la sociedad.

Código de ética y conducta

El “Código de Ética” probablemente sea el signo más visible de la filosofía ética de una organización. Los primeros códigos de ética aparecieron alrededor de 1900 en respuesta a las reformas de fines de siglo XIX.
 Estos códigos de ética, en general cumplen con las características enunciadas a continuación: especificidad, publicidad, claridad, brevedad, practicidad, revisabilidad y ejecutabilidad.
 Los programas de capacitación y entretenimiento ético, los comités de ética, la auditoria socio-organizacional y otros métodos que son los que permiten llevar a la practica y el cuidado de las conductas éticas de los integrantes de una organización.
Los dirigentes deben comprender a la ética y los valores éticos para influir en los demás integrantes, el deseo de actuar de una manera ética.
La responsabilidad social corporativa y la ética empresarial están muy interrelacionadas con los gobiernos nacionales tal como la gobernabilidad corporativa. Prácticas corporativas que promueven la transparencia y los valores éticos contribuyen hacia la gobernabilidad a través de la sociedad y hacia combatir la corrupción.
En resumen: La persecución de un comportamiento ético en las organizaciones de servicio es un desafío complejo, multifásico con dimensiones situacionales significativas. Sin embargo, el rol de los dirigentes es crítico para crear, implementar y sustentar el comportamiento ético organizacional. La conducción efectiva de una conducta ética requiere que las organizaciones abracen a la ética, que esperan una conducta ética de todos sus integrantes y establezcan estructuras de ejecución e implementación. Todo, esto sin embargo, debe comenzar con un entendimiento básico del ABC de la ética organizacional, lo que incluye sus definiciones, sus filosofías, sus esquemas de implementación y sus esquemas de control.  

VALORES
CREEMOS
En la dignidad de la persona humana y del trabajo como medio de realización personal y social. En la universalidad de unos principios y valores comunes a la especie humana, por el solo hecho de pertenecer a ella, enmarcados en la ética civil y el pluralismo que preconiza.
En la formación profesional y en la empresa, como escuela y maestra, capaces de ayudar a transformar y direccionar con su impronta su comportamiento humano desde la óptica del trabajo.
En la libre determinación de las gentes para el bien hacer, el bien decir, el bien pensar, el bien desear. En las competencias técnicas, científica, administrativa y ética del hombre y la mujer latinoamericanos en el mundo globalizado.
La gestión de las organizaciones en todos sus términos está evolucionando en estos últimos tiempos no solo en cuanto a formas de hacer sino a nuevos contenidos. En el fondo lo que se hace es consecuencia de aplicar un mayor conocimiento de los empresarios y directivos que les permite aplicar en las empresas u organizaciones que dirigen nuevas formas de pensar y de hacer funcionar a la empresa.
Entre estas nuevas formas de hacer, las que se demandan en estos momentos son aquellas que favorecen directamente a la calidad, a la seguridad o a aspectos tales como la defensa de lo que nos rodea en el ambiente físico. Pero, tal vez acuciados por la sensación que vivimos en el día a día de que determinadas organizaciones se desvían del proceder que sin estar escrito todos creemos como debería de ser, se esta introduciendo una nueva forma de enfocar la integración de las personas en la gestión, de tal manera que unos vean que participan en ella de acuerdo con sus sentimientos y otros se sienten muy integrados y satisfechos por como actúa la organización.
Nos estamos refiriendo a los aspectos éticos que como personas todos llevamos dentro.

Por muy subjetivas que sean las decisiones que podemos llamar relacionadas con la ética, todas responden a unos valores universales indiscutibles como son el respeto, como es la igualdad de oportunidades, o como es la dignidad humana, por ejemplo.
Los principios fundamentales de la ética los están investigando los estudiosos de dicha disciplinas, desde la época de los griegos, dentro de nuestra civilización actual.
Afortunadamente en nuestro país disponemos de muy buenos pensadores en esta línea, escuelas de negocios y universidades que avalan y enseñan este proceder y por lo tanto contamos con una buena base sobre la que asentar nuevas teorías y aplicaciones posteriores. Asimismo existe una buena conexión entre os mencionados fundamentos y la empresa, mediante charlas, presentaciones, libros, informes, etc.
La aplicación de la forma ética de actuación en la empresa tiene que ir más allá del panorama que estamos aplicando y tiene que avanzar hacia que el empresario pueda comprobar que efectivamente hay un engarce entre la ética que él desea incorporar al estilo de gestión y la gestión en sí misma.

ELEMENTOS BÁSICOS DE LA CONDUCTA MORAL

A.     LA RAZON: Toda acción moral supone una persona capaz de discernir entre el bien   y   el mar. En virtud de ese discernimiento es que puede atribuírsele responsabilidad moral por sus actos. Si las personas no fuesen capaces de distinguir entre el bien y el mal no tendría sentido exigirles responsabilidad por lo que hacen o dejan de hacer. 
B.    LA LIBERTAD O LIBRE ALBEDRÍO: La libertad es un elemento fundamental para el comportamiento ético. Si las personas no tuvieran libertad para decidir o elegir en determinadas circunstancias no cabria hablar de moral alguna. En general, la libertad puede definirse como la ausencia de vínculos o sujeción a alguien o algo. Dos son las formas básicas de la libertad humana: la interna y la externa. La interna corresponde a la libre determinación que tiene cada persona para decidir de sus actos; la externa es la libertad que cada persona tiene en relación con su entorno social. Esta segunda forma de libertad depende de elementos externos; como las leyes, las costumbres y el estado. La libertad interna es la base de las decisiones morales. 
C.   Cada persona en lo íntimo de si conciencia es la que decide libremente si realiza o no determinación que depende estrictamente de la libertad interna. 
D.   EL DEER MORAL: El deber moral es el fundamento orientador de la conducta, es decir, el criterio de verdad que permite guiar los actos por el camino correcto.

LOS PRECEPTOS MORALES

La ética se base en preceptos morales aceptados y practicados mediante un acto de libre elección interior. Su propósito es señalar los que se debe hacer y los que se debe evitar. La rectitud moral depende de la obediencia a estos preceptos, pues estos son los que ordenan o prohíben acciones. Ejemplos:
Respetar la vida
Respetar lo ajeno
No mentir
No desear el mal a los demás
Cumplir los pactos y promesas.
 
Sin embargo no todos los preceptos que observamos en la vida diaria son de naturaleza moral, algunos son de carácter social, jurídico o religioso y se obedecen no por convicción moral, sino por motivos diversos, por ejemplo: el temor al castigo, la obligación jurídica, el amor a Dios, la censura, la presión moral, la recompensa, la apariencia personal y otras condiciones que no corresponden necesariamente a la intención ética. Los preceptos morales son aquellos que se obedecen en virtud del deber moral, independientemente de las creencias, los prejuicios, las emociones o la presión social. Su objetivo es el cumplimiento del deber moral y la práctica del bien. Esta situación se aprecia en los siguientes ejemplos:
A) LA ETICA Y SUS VALORES:

CONCEPTO: Los valores son cualidades o modelos de comportamiento que pueden ser estimados y practicados, en procura del bien moral. Su esenciabilidad consiste en ser algo que vale; es decir, lo propio del valor es el valer. Si bien los valores pueden abstraerse y  entenderse como realidades “en si” (belleza., sinceridad, humildad, honradez, honestidad, justicia) en la vida práctica los identificamos encarnados como concepto  o valor en si se manifiesta en las acciones humildes que distinguen a ciertas personas, haciéndolas dignas de admiración.
Los valores también pueden entenderse como “objetos” de preferencia o de elección en la medida que afectan nuestra facultad estimativa que nos induce a preferirlos y elegimos. En este sentido, los valores se definen siempre en relación con las personas, para quienes constituyen “objetos” de preferencia que favorecen su perfeccionamiento ético.
 Frente a un valor siempre es posible identificar un anti valor. Veamos algunos ejemplos de valores y anti valores:
B) CLASIFICACION DE VALORES: Los valores pueden ordenarse en diferentes clases, según su naturaleza. Ejemplo:

 C) JERARQUIA DE VALORES: En general, las distintas clases de valores (morales, estéticos, sociales, vitales espirituales) pueden ser ordenados jerárquicamente, considerando la importancia que éstos tienen para el desarrollo moral y espiritual de las personas. Veamos el siguiente ejemplo:
 VALORES ESPIRITUALES: 
AMOR
PACIENCIA
SABIDUARIA

VALORES MORALES
 Generosidad
Honradez
Tolerancia 
Humildad

D) LOS VALORES MORALES: Los valores morales son los que contribuyen a la realización del bien y a nuestra perfección moral. Se distinguen de otros valores que usualmente practicamos, como los sociales, por ejemplo, en que su práctica  no depende de la obligación ni de la presión del medio social, sino únicamente de la conciencia ética. Por ejemplo, acciones solidarias como la cooperación y los aporte económicos para obras de bienestar social, pueden ser practicadas por razones distintas al deber moral, tales como: alcanzar una meta  política, darse a conocer a la gente o cumplir una disposición legal. Pero, tales acciones solo tendrán valor ético cuando sean fruto de la convicción interna de quien las realiza, independientemente de motivos externos como los señalados.
  
Por ello, la práctica de valores morales es el resultado de la integridad y la transparencia de las personas que actúan solo por deber, sin esperar premios, recompensas o el reconocimiento público de sus actos. En resumen, los valores morales son las cualidades absolutas y valiosas en sí mismas, que aplicamos a las acciones o personas en particular. Por ejemplo, de quien no roba y es recto en su proceder, decimos que es una persona honrada, porque en él se manifiesta el valor de la honradez. Igualmente, al hecho de cooperar y ayudar a otras personas, sobre todo en situaciones difíciles como la enfermedad y el sufrimiento, lo calificamos de solidario, porque en peste se refleja de algún modo el valor de la solidaridad. En ambos caso, lo que hacemos es valorar la conducta y el hecho mencionados, tomando como referencia los valores de honradez y solidaridad, que son las cualidades objetivas aplicables a diferentes similares.
 
OBJETIVIDAD DE LOS VALORES MORALES: Los valores morales existen, como existen las ideas o las cosas; los practicamos o no, ellos conservan su “en sí” propio y pueden ser descubiertos, de manera parecida a como se descubren las estrellas en el cielo o las verdades de la ciencia. Mientras que las cosas y las ideas son, los valares morales valen. También, la objetividad de los valores pueden aplicarse desde el punto de vista de su elección, y en este aso es preciso tener presente la siguiente regla: ciertas acciones no son valiosas porque nos agradan y las elegimos, sino a la inversa, nos agradan y las elegimos porque son valiosas.
 
RESPONSABILIDAD Y CONOCIMIENTO MORAL

RESPONSABILIDAD PERSONAL DE NUESTROS ACTOS
La moral es un asunto de libertad, y por eso decimos que toda persona es responsable de sus actos. Se entiende con ello que, salvo circunstancia de evidente perturbación mental o supresión de la libertad, el ser humano está facultado para tomar decisiones morales, y en consecuencia, es responsable tanto de sus decisiones como de los resultados de éstas. Una decisión moral no depende, ni del temor o la recompensa, ni de la obligación o el castigo que imponen las leyes, sino únicamente de la firme convicción de que se debe hacer lo correcto.

Las decisiones morales son, por lo tanto, fruto de la integridad moral de las personas, y por eso, antes que un servidor público obligado por las leyes y las normas de entorno laboral y administrativo, lo que requiere la Administración Pública son personas de integridad moral,  capaces de hacer lo correcto sin necesidad de amenazas, sanciones y recompensas.
De la integridad moral de cada persona que trabaja al servicio de las organizaciones públicas depende básicamente el éxito en la lucha contra las faltas a la ética pública.

Desde esta perspectiva, se puede decir que las leyes y las sanciones son un complemento coercitivo para orientar la conducta de los ciudadanos de un Estado; son necesarias en la medida que existen personas que, por satisfacer deseos e intereses individuales ajenos al bien público, tienden a apartarse del deber moral.

DETERMINACIÓN Y CONOCIMIENTO DE NUESTROS ACTOS

Las decisiones morales dependen de un previo conocimiento de los que se va a hacer. Mientras que en el campo jurídico se dice que “nadie puede alegar desconocimiento de la ley”, en el plano moral sí es valido considerar el desconocimiento de las faltas morales. Ello significa que, en muchos casos, la ignorancia es la causa de las conductas incorrectas y, por consiguiente, al analizar la responsabilidad de nuestros actos hay que considerar también si lo incorrecto se debe a la ignorancia o a un asunto plenamente consiente y deliberado. Por ejemplo, alguien, puede causar un grave daño o, incluso la muerte de un enfermo, en el caso de que, por desconocimiento y sin ninguna mala intención, le aplique una dosis de medicamento superior a la prescrita por el médico, creyendo que con ello le ayudará a recuperar más rápidamente su salud.

Pero, a la par del conocimiento y a la educación teórica sobre lo moralmente correcto, es necesario el desarrollo de hábitos y costumbres que faciliten la práctica constante de los valores y las buenas acciones.
  
Al respecto, es importante considerar que los valores y las virtudes morales no nacen con nosotros, sino que al poseer una predisposición natural para recibirlos, somos capaces de adquirirlos y perfeccionarlos por medio de los hábitos y las costumbres.

Por lo tanto, el perfeccionamiento moral depende, tanto de una adecuada educación que aporte los conocimientos sobre las causas y las consecuencias de los actos humanos en diferentes circunstancia, como de una práctica habitual es la que conduce a la realización de los valores y acciones correctas previamente conocidas y elegidas.

ORGANIZACIÓN MORAL Y VALORES

Toda organización posee sistemas de valores, creencias y modelos de comportamiento que conforman su identidad. Estos valores, creencias y modelos no pueden concebirse de modo aislado, pues están interconectados con los valores y pautas de conducta prevalecientes en la totalidad del sistema social del que se nutre la organización. Por ello, la vida organizacional contiene sistemas de valores que reflejan la realidad social a la que pertenece, independientemente del negocio o del servicio que justifique su razón de ser. Al igual que en el individuo personal, los valores morales son fundamentales para la realización y perfección de las organizaciones. Algunos ejemplos de valores organizacionales son los siguientes:
 Cortesía
Amabilidad
Respeto
Cooperación
Lealtad
Flexibilidad
Solidaridad
Sensibilidad Social
Compromiso Institucional
Excelencia
Compañerismo
Espíritu de Servicio

 Los valores éticos conforman la base ética o el ethos de la organización, es decir, el conjunto deberes morales que la organización y sus miembros tienen dentro del contexto SOCAL en el que se cumplen sus propósitos empresariales.  El ethos de una organización es el lado positivo de los valores y creencias que sus integrantes  - líderes y colaboradores- toman como referencia para saber que es lo deseable y lo preferible para enfrentar los problemas concretos. En las organizaciones sociales – públicas o privadas – debe prevalecer el deber moral sobre la obligación. Esto dará seguridad a líderes y colaboradores en su propósito de lograr eficiencia en cada fase de trabajo.
LA ORGANIZACIÓN Y SU MORAL

La afirmación de que cada persona posee “su moral” vale también para las organizaciones sociales – públicas o privadas – en las que prevalecen criterios de acción y comportamiento que conforman su identidad y su sustento moral.
La moral de la organización consiste en los valores y principios a los que sus integrantes se adhieren libremente. Estos valores y principios tienen un nivel de coincidencia con la misión y los objetivos de la organización. Se consideran, por ello, medios imprescindibles para encauzar su rumbo.

Por medio de su moral, la organización busca la adhesión de sus integrantes a ciertos proyectos, ideas y valores específicos que favorecen la realización de su misión, sus objetivos y sus metas. Es, por lo tanto, la moral de la comunidad organizacional que sustenta únicamente su cultura, y que se expresa en los  valores, las costumbres, los hábitos y las pautas de comportamiento compartidas libremente por sus integrantes. Sin embargo, para que dichos valores y principios tengan verdadera eficacia ética deben concordar con máximas morales de validez universal, de lo contrario estaríamos en presencia de una “moral” subjetiva, o incluso, de una falsa moral.
 
LA FALSA MORAL EN LAS ORGANIZACIONES

Las organizaciones como las personas pueden hacer un mal uso de su libertad, y en virtud de esa libertad mal usada, interiorizar y llevar a la práctica ideas o pautas de conducta contraídas al deber ético. La consecuencia de esto es el ejercicio de una moral falsa, definida en procura de satisfacer deseos e intereses particulares y subjetivos. Estos deseos e intereses se relacionan principalmente con el abuso del poder y el afán desmesurado de riqueza.

La falsa moral asume como válido el criterio clásico de que el fin justifica los medios, en el que subyace de por sí, un mensaje de perversidad moral. Evidentemente, este criterio es contrario a la ética, que busca disciplinar la libertad humana, con el propósito de que no sólo sean justos los fines que se persiguen, sino también los medio para obtenerlos. Los efectos de la falsa moral se reflejan, por ejemplo, en el juego de la doble moral, en el que importa más cuidar las apariencias, que respetar los imperativos de la moral, importa más quedar bien que hacer el bien.
 
Algunos ejemplos de situaciones perversas derivadas de la falsa moral en las organizaciones son las siguientes:

El daño a la ecología por la polución industrial
El aislamiento y el cautiverio en los hospitales psiquiátricos
El manejo de la opinión e imágenes por el monopolio de la prensa
La mentira sistemática de determinados medios de información
La discriminación racial, religiosa, sexual y política
La obediencia incondicional en las fuerzas de seguridad
La intimidación en las confesiones por la policía como auxiliar de la justicia
La dependencia psíquica inducida por las prácticas médicas que llevan a la drogadicción.

Para superar las desviaciones de la falsa moral, es necesario que la visión y misión de la organización estén inspiradas y orientadas por sólidos valores éticos, que le permitan cumplir su razón social y sus metas empresariales, sin perjudicar ni violar los derechos de las personas y las organizaciones que comparten si entorno social.
 
Autor: López, Carlos (11/2000)
“LA ETICA EMPRESARIAL COMO FUENTE DE VENTAJAS COMPETITIVAS”

No hay comentarios:

Publicar un comentario